Millennio Quo

Túnez y el laicismo

In MQuo - A. Constán Nava (env. Túnez), Política Internacional, Túnez on 21 febrero, 2011 at 19:27

manifestación en túnez

Foto realizada por Luislator. Manifestacion prolaicismo del 19 de febrero de 2011 en la capital de Túnez, a la que acudieron miles de personas.

No hay lugar a dudas de que el planeta entero tiene fijada en estos momentos su mirada sobre una parte concreta del mapa. Quizá no aquellas zonas olvidadas donde la red no llega (y ya se sabe que en este cibermundo, aquel lugar que no esté ‘conectado’, literalmente deja de existir, pero ese es otro tema). No. Me refiero al mundo islámico, un mundo que a muchos suena como de otra galaxia, pero del que los europeos estamos relativamente cerca. Mucho más, los que tenemos frontera directa con ellos, como es España.

 

Todo comenzó en este país pequeñito del Magreb, Túnez, de tan solo 10 millones de habitantes pero que puede jactarse de ser el más culto de todo el mundo árabe. Esta chispa revolucionaria pronto saltó a otras fronteras, y Egipto fue el siguiente país donde las proclamas de libertad hicieron caer a un tirano que extendió su vara de mando algunos años más que Ben Alí-babá en Túnez, que cayó tras 8.469 días en su trono de la cueva de  los 40 ladrones, quizás algunos más. No podemos augurar qué pasará en el resto de los países árabes, como Marruecos, Argelia, Jordania, Yemen, Bahréin o, incluso, en Libia, donde está sucediendo la revolución más sangrienta heredera del sentimiento anhelado y conseguido en Túnez.

En este artículo no voy a tratar temas recurrentes que se pueden leer en los medios de comunicación. No voy a analizar las dimensiones que estas revoluciones están teniendo y pueden tener en un futuro inmediato. Me voy a centrar en el caso particular de Túnez por una razón que yo creo fundamental y que no he visto hasta este momento en ningún medio ni en ningún círculo de debate y que, desde mi humilde punto de vista, creo que hace de Túnez que su revolución sea diferente a las demás por las connotaciones que tiene. Incluso, diría, lo convierte en la revolución más importante dentro de las que se están sucediendo en los países árabes.

La Carta Magna de este país, en su artículo primero, dice: “Tunisia is a free, independent and sovereign state. Its religion is Islam, its language is Arabic and its type of government is the Republic.” Sin embargo, en estos últimos días, se están celebrando en la capital numerosos debates al anochecer en espacios donde reina la dialéctica respetuosa sobre el papel del laicismo en la transición tunecina, frente al papel de un islamismo político que apenas ha tenido que ver en esta revolución que demanda libertad.

El asunto es bastante peliagudo, pues se está tratando de cambiar la Constitución de Túnez desde su primer artículo, es decir, convertir al país en un Estado Laico. Las manifestaciones que se han sucedido este fin de semana en la capital de Túnez vienen a demostrar que el islamismo político, al que tanto se teme desde occidente, apenas tiene cabida en este país de mayoría musulmana. De ser así, de separar la religión de la política, sería el primer país árabe de mayoría musulmana (gobernada por individuos que profesan esta religión) donde la religión quedaría relegada al ámbito puramente doméstico por decisión libre del propio pueblo musulmán. El primer país árabe en elegir su camino político alejado de una religión que nació hace catorce siglos para dirigir la vida política de sus creyentes y que, desde entonces, de una forma u otra, ha estado presente en la dirección política de estos países.

Es este punto el que hace diferente a Túnez del resto de países árabe islámicos, pues en Egipto sería una falacia obviar el poder de los Hermanos Musulmanes (hablo de Egipto porque es el otro país donde la revolución del pueblo ha logrado quitarse las cadenas) y, amén de equivocarme, su futuro político más podrá asemejarse a una democracia a la turca islamista que a cualquier otra democracia occidental (por mucho que le pese a algunos). Ni siquiera España, con sus 36 años de democracia, ha llegado a este punto, pues no dejamos de ser un país “aconfesional”.

Y es realmente emotivo, como me transmitían unos compañeros de clase, el asistir a estas marchas pacíficas y ver esa ansia de libertad que tienen y que bajo ningún concepto los tunecinos que han luchado con “barras de pan” estos días pasados van a permitir que una minoría islamista se aproveche para sumirlos en una “dictadura” de prohibiciones divinas para satisfacción de unos pocos barbudos remilgados. Porque para ellos, lo más importante es la libertad de la persona, del ciudadano político, del ciudadano libre de imposiciones particulares ya sean por culpa de un dictador o de una religión, porque ellos tienen clara una cosa: la religiosidad está en el corazón de cada uno y no en el papel, por mucho que lo sigan.

Este y no otro es lo que hace de particular a este país. Porque, si lo consiguen, habrán conseguido lo que en Occidente se ha criticado de estas sociedades: separar el poder secular del religioso, cortando por lo sano. Pero habrán conseguido mucho más: alejarse de la obligación que, como musulmanes, tienen de vivir bajo gobierno islámico, superando y evolucionando como ciudadanos políticos libres de cualquier imposición y que deciden sus vidas en las urnas, porque de eso se trata. ¿Qué opino yo al respecto? Soy escéptico en este punto, a pesar de estar mamando día tras día y en mi propia piel el sentir de los tunecinos, pues seamos sinceros, sería romper con una tradición de siglos. Y eso, en el sentir, por mucha borrachera que tengan de libertad, costará, por lo menos, algún tiempo.

Antonio Constán Nava

  1. Señor Constán; me gusta el tono general del artículo, pero parece olvidar que los islamistas han sido una fuerza presente de manera continua en los últimos años en Túnez inclusive con acciones terroristas, y que de alguna manera se han ganado el favor del pueblo por su acción contrapoder independientemente que su llegada al poder fuera tanto o mas terrible que la del finado gobierno de Ben Ali-baba y los cuarenta ladrones (parafraseándole), el otro día atacaron prostíbulos ¿que será lo siguiente?. Creo que Túnez tiene una estructura organica muy débil, una vez desmontado el estado policial que Ben Ali dejó planteado, cualquier fuerza que se arme acabará tomando el control. A mi juicio, Egipto va a salir más aireado que Túnez y no al contrario.

  2. […] camino debe llevar a la Democracia: si la vía del laicismo o la vía del islamismo. Como ya expuse anteriormente en otro artículo, es ahora el momento de este tipo de debates entre la parte laica y la parte islamista de la […]

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